¿Por qué es Obligatorio Mediar Antes de un Juicio de Familia en Chile?
¿Por qué debo mediar antes de iniciar un juicio de familia?
Cuando enfrentamos conflictos familiares, lo primero que pensamos muchas veces es “llevar el caso al juzgado”. Sin embargo, en Chile, antes de presentar una demanda en muchas materias familiares, es obligatorio recurrir a la mediación familiar. Y no solo porque lo exige la ley: mediar puede ser una herramienta valiosa para resolver conflictos de manera más rápida, económica y en un ambiente más colaborativo.
¿Qué es la mediación familiar?
La mediación es un proceso voluntario y confidencial donde un mediador o mediadora neutral, acreditado por el Ministerio de Justicia, ayuda a las partes a comunicarse, entenderse y buscar soluciones a sus diferencias. En el caso de la mediación familiar obligatoria, está regulada por la Ley Nº 19.968 y aplica, por ejemplo, en materias como:
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Régimen de relación directa y regular (visitas)
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Cuidado personal de los hijos/as
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Pensión de alimentos
¿Por qué es importante mediar antes de ir a juicio?
1. Es un requisito legal.
Si quieres presentar una demanda en las materias mencionadas anteriormente, primero debes agotar la etapa de mediación. Solo si no llegas a un acuerdo o si una de las partes no asiste, puedes continuar con el proceso judicial. El tribunal te pedirá el certificado de mediación frustrada.
2. Evitas el desgaste emocional del juicio
Los juicios de familia pueden ser largos, complejos y emocionalmente agotadores. La mediación, en cambio, se realiza en un ambiente más controlado, donde el diálogo es la herramienta principal. Esto es especialmente relevante cuando hay hijos involucrados.
3. Es más rápido y económico
Un juicio puede tardar meses, incluso años. La mediación, en cambio, suele resolverse en unas pocas sesiones, y si es realizada por un centro licitado por el Ministerio de Justicia, es gratuita. También puedes optar por una mediación privada, ideal cuando buscas mayor rapidez o atención personalizada.
4. Tú decides, no un juez
En la mediación, las partes llegan a un acuerdo que ambas consideran justo. En cambio, en un juicio, será un juez quien imponga una decisión, que puede no satisfacer completamente a ninguna de las partes.
5. Favorece la comunicación y el entendimiento
La mediación busca reconstruir puentes. Esto es especialmente valioso cuando los conflictos familiares no terminan con una sentencia, como sucede en los casos de crianza compartida. Un buen proceso de mediación puede mejorar la relación futura entre padres, madres y cuidadores.
¿Qué pasa si no llegamos a acuerdo?
Si no es posible lograr un acuerdo, el mediador emite un certificado de mediación frustrada y podrás presentar la demanda ante el tribunal de familia. Lo importante es que habrás intentado un camino menos conflictivo y con una mirada colaborativa.
En resumen:
La mediación familiar no solo es un trámite obligatorio: es una oportunidad para resolver conflictos de forma más humana, ágil y beneficiosa para todas las partes. Antes de pensar en juicios y abogados, piensa en conversar, con la ayuda de un profesional capacitado.
Si necesitas orientación o deseas agendar una mediación, no dudes en contactarnos. Estamos aquí para ayudarte a encontrar una solución pacífica y eficaz a tu conflicto familiar.